Desarrollo Personal a través de la Creatividad

Gran Era del Amor

domingo, 31 de marzo de 2013

Mariposas. Por Silvio Rodriguez



"Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
desde que sé que no vendrás más nunca
he vuelta a ser aquel caudal del aguacero
que hizo casi legal su abrazo a tu cintura
y tu apareces por mi ventana
suave y pequeña, con alas blancas
yo ni respiro para que duermas
y no te vayas.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno.
Qué maneras más curiosas
Hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo
Mariposas, mariposas,
que emergieron de lo oscuro
bailarinas silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa
navecita blanca, delgada, nerviosa
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo

Así eras tú en aquella tarde, divertida
Así eras tú de furibunda compañera
Eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera
¡Ay mariposa!, tu eres el alma
de los guerreros que aman y cantan
y eres el nuevo ser que hoy se asoma
por mi garganta.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno.
Qué maneras más curiosas
Hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo
Mariposas, mariposas,
que emergieron de lo oscuro
bailarinas silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa
navecita blanca, delgada, nerviosa
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo"

sábado, 23 de marzo de 2013

Mariposa



Quisiera
hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu cuerpo cálido de cálida palmera
y al fin su vuelo absurdo reposara
tal como en una roca azul de la pradera
sobre la linda rosa de tu cara...

Quisiera
hacer un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera
y que cual una mariposa rara
revolara
sobre tu vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara.

lunes, 11 de marzo de 2013

"Mariposa de otoño" de Pablo Neruda



Mariposa de otoño

La mariposa volotea
y arde —con el sol— a veces.

Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.

Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.

Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.

Se va la mano que te induce.
Se va o perece.

Se va la rosa que besaste.
También la boca que te bese.

El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.

Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.

Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece.

La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.

viernes, 1 de marzo de 2013

Mariposa dorada y verde



Mariposa del aire, 
qué hermosa eres. 

Mariposa del aire 
dorada y verde. 


Mariposa del aire, 
¡quédate ahí, ahí, ahí!... 

No te quieres parar, 
pararte no quieres. 

Mariposa del aire 
dorada y verde. 

Luz de candil, 
mariposa del aire, 
¡quédate ahí, ahí, ahí!... 

¡Quédate ahí! 
Mariposa, ¿estás ahí?