Desarrollo Personal a través de la Creatividad

Gran Era del Amor

sábado, 20 de julio de 2013

Mariposa de Otoño

La mariposa volotea
y arde -con el sol- a veces.

Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja: que la mece.

Me decían: -No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada.
Y pasò el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: -No tienes nada. 

No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.

Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.

Se va la manò que te induce.
Se va o perece.

Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.

El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.

Pasò la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.

Su lengua tibia me rodea.
También me dice: -Te parece.

La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.