Desarrollo Personal a través de la Creatividad

Gran Era del Amor

domingo, 7 de junio de 2015

La mariposa artista


Piluca era una mariposa con muchas ganas de volar y desprender colores de sus preciosas alas. Desde que nació había sido un insecto muy bonito, ya que en sus alas tenían todos los colores del arco iris, y cuando batía las alas, aquello parecía una caja de lápices de colores.

Nadie le había enseñado a dibujar ni a pintar, su estilo era totalmente libre, así que sus creaciones artísticas eran originales al cien por cien.
Un buen día, Piluca se despertó triste y muy cansada, había dormido mal y tenía la sensación de que iba a enfermar, así que al desplegar sus alas apenas salieron colores, sólo un poco de azul oscuro, un verde grisáceo y un amarillo blanquecino.

Su amiga la oruga que vivía en la rama de al lado, enseguida se preocupó por Piluca y le preguntó:
- “¿Qué te ha pasado esta noche?, te he oído hablar y llorar estando dormida, y ahora veo que no tienes muy buena cara”.

Piluca le respondió aún llorando:
- “He tenido un sueño muy feo. Otra mariposa me quitaba los colores de las alas, y ya no podía pintar, y además se llevaba los colores para usarlos ella en sus creaciones, y decía que yo nunca había sabido ser una artista”.

La oruga la tranquilizó con unas palabras de apoyo y realismo:
- “Piluca, la realidad es otra, tus alas tienen todos los colores de siempre, y no debes permitir que un sueño ni nadie te haga sentir pequeñita en lo que tú sabes hacer”.

Al escuchar esas palabras, Piluca se sintió mucho mejor, y poco a poco fue recuperando el color en sus alas. Cuando estuvo bien del todo, fue a agradecerle a su amiga la oruga, las palabras que le habían hecho reflexionar sobre la libertad de opinión de los demás.

Así fue como Piluca se convirtió en la primera mariposa artista del bosque, y la oruga llegó a ser su mejor amiga. Aprendió a valorarse a sí misma adecuadamente, y siempre fue feliz y de muchos colores.