sábado, 27 de diciembre de 2014
Las enseñanzas de una mariposa
Al principio la mariposa es fea. Se arrastra de una manera viscosa, pues deja un reguero de babas por doquier. Es frágil y ni siquiera conserva su nombre; de hecho la gente la tilda de oruga. ¡Bueno así se llama!
Los demás animales gozan viéndola así. Los que más disfrutan de su fealdad son el ‘maleducado’ sapo y el ‘asqueroso’ murciélago; ellos creen que al lado de la oruga ‘resplandecen’.
Dicen que cuando este insecto se encuentra en la primera fase de su vida, no para de llorar. Los que saben interpretar las señales de la naturaleza, aseguran que la mucosidad de su piel es sólo la huella de un corazón derretido por el desprecio.
Sin embargo, ese llanto es el inicio de una metamorfosis. En cada lágrima de la oruga hay un poema de ternura infinita. La humedad de sus ojos representa todo lo sublime que encierra el alma de este singular animal.
Y es que cuando el tiempo pasa, esa oruga se convierte en una mariposa, de bellos y brillantes colores; algunas de ellas son enigmáticas. Sin embargo, todas encierran una belleza desbordante.
Lo mejor de ella es que cuando crece no olvida su procedencia y siempre guarda su espíritu noble. Eso no le impide vivir con grandeza. Es más, ella se pinta los labios con el polen de las flores y nos regala el perfume de las rosas.
Muchos son como las mariposas, llevan la belleza escondida en el fondo de su ser a la espera de un futuro cambio. Sí, también lloran como la oruga. Lo que ignoran es que esas lágrimas se cristalizarán no en dolores, sino en fuerzas para continuar y emprender el vuelo de las mariposas.
Podemos estar sumergidos hoy en un capullo de confusiones, pero debemos entender que el volar sólo podrá llegar después de luchar por nuestras metas.
Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si Dios nos permitiese progresar sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como lo somos hoy día.
Y si vencemos y volamos, como Dios lo espera, debemos tener presente nuestro origen; así como lo hace la mariposa. Jamás olvide su nobleza.
Euclides Ardila Rueda - Fuente: Vanguardia
viernes, 19 de diciembre de 2014
Leyenda de la mariposa azul
Había un señor viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre le cuestionaban todo, hacían muchas preguntas a las que el padre a veces sabía responder, pero en ocasiones no se sentía con la sabiduría suficiente como para aclarar las dudas que ellas manifestaban. Como pretendía brindarles la mejor educación, mandó a las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.
El sabio siempre respondía todas las preguntas sin siquiera dudar. Impacientes con el maestro, las jóvenes decidieron inventar una pregunta que él no pudiera responder correctamente.
Entonces, una de ellas apareció con una hermosa mariposa azul que usaría para engañar al sabio.
-¿Qué vas a hacer? –preguntó la hermana. –Voy a esconder la mariposa en mis manos y le voy a preguntar si está viva o muerta. Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la mataré. Así, cualquiera que sea su respuesta, ésta será equivocada.
Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio que estaba meditando.
-Tengo aquí una mariposa azul, dígame, sabio, ¿está viva o muerta?. Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió: -Depende de ti…ella está en tus manos…
Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando algo falla, somos responsables por lo que juzgamos bueno o malo. Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul. Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella y hacernos cargo de las consecuencias.
viernes, 12 de diciembre de 2014
Anita y la Mariposa
Anita tiene una mariposa de colores tan vivos, que al sol parecen reflejos maravillosos. Esa mariposa soy yo, y contaré mi pequeña historia desde mi jaulita:
-Una tarde de verano, andaba yo de flor de flor en flor, llevando conmigo el néctar que libaba de cada rosal, cuando sentí que algo me cubría. Era como un velo transparente que cayó sobre mi cuerpo, sin poder evitarlo.
Muy pronto me di cuenta de lo que estaba sucediendo. Yo era prisionera de una niña que coleccionaba mariposas.
Dentro del colador, mis alitas dejaron de moverse pero luego, Anita se sentó en la hierba, me tomó entre sus manitas con mucho cuidado y me posó en la falda de su vestido, mientras me hablaba dulcemente.
-¿Sabes que eres hermosa, querida mariposita? Tus colores, se parecen a los del arcoiris. ¿Nunca te has mirado en el espejo?
Pero yo pensaba en silencio: -Las mariposas no sabemos de esas cosas, solo queremos volar y volar, disfrutar el aire puro, y libar las flores de los jardines. Si me pudiera escapar, todo sería diferente, no quiero terminar disecada y pegada en una cartulina.
La niña, continuó su charla muy risueña, ajena a lo que yo pensaba.
-Mariposita, hoy es mi cumpleaños. ¿Quieres ir a mi fiesta?.
Al oír esto, cerré los ojos avergonzada, mientras me decia:
-Las mariposas no sabemos hacer regalos. Y si escapo, ella va a llorar por mi culpa. ¡UF!,,¡Allá voy! Anita se quedó llorando cuando eché a volar, pero quiero ir hacia el jardin. Esa no, aquella no, la otra no, ésta, esta es la más bella.
-Me acabo de posar en su faldita nuevamente. Ahora, Anita está mirando la flor, y me lleva de regreso a la jaulita,,pero no ha cerrado la puerta. Yo puedo entrar y salir cada vez que quiera.¡Ah!, Anita me llevó a su fiesta de cumpleaños. Me ha convertido en su mascota, y me dijo muy contenta que ¡Siempre seré libre!
Por Priscila Silvia Arcia
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Cuento de la mariposa
Por Hans Christian Andersen
La mariposa iba en busca de novia, y, naturalmente, pensaba en una linda florecilla. Las estuvo examinando. Todas permanecían calladas y discretas en su tallo, como es propio de las doncellas no prometidas. Pero había tantas, que la elección resultaba difícil, y no sabiendo la mariposa qué partido tomar, voló hacia la margarita. Los franceses han descubierto que esta flor posee el don de profecía; por eso la consultan los novios, arrancándole hoja tras hoja y dirigiéndole cada vez una pregunta relativa a la persona amada: «¿De corazón?», «¿Por encima de todo?», «¿Un poquito?», «¿Nada en absoluto?», etc. Cada cual pregunta en su lengua, y la mariposa acudió a interrogar a su vez, pero en vez de arrancar las hojas las besaba, creyendo que como se llega más lejos es con el empleo de buenos modales. ¡Dulce Margarita! -dijo- Es usted la señora más inteligente de todas las flores, y puede predecirme lo por venir. Dígame, por favor, ¿cuál será mi novia? ¿Cuál me querrá? Cuando lo sepa, podré volar directamente a ella y solicitarla. Pero Margarita no respondió. Se había molestado al oírse tratar de «señora», cuando era una joven doncella, y entonces no se es señora. La mariposa repitió su pregunta por segunda y tercera vez, pero viendo que obtenía la callada por respuesta, emprendió el vuelo, resuelta a buscar novia por su cuenta. La primavera se hallaba en sus comienzos; en gran profusión florecían las campanillas blancas y los azafranes. «Son muy lindas -dijo la mariposa-, unas pequeñas preciosas, pero demasiado pollitas». Se había fijado en que los mozos las preferían mayores. Voló entonces a las anémonas, pero las encontró un tanto secas, y luego a las violetas, que le resultaron demasiado románticas. Los tulipanes eran orgullosos; los narcisos, plebeyos; las flores del tilo, demasiado pequeñas y con excesiva parentela. Las del manzano, si bien es cierto que parecían rosas, florecían hoy y se caían mañana, según soplara el viento; sería un matrimonio muy breve, pensó. La flor del guisante fue la que estimó más apropiada; era roja y blanca, fina y delicada, y pertenecía a la clase de las doncellas caseras, que son guapetonas y, al mismo tiempo, saben desenvolverse en la cocina. Iba ya a declarársele, cuando de pronto vio a su lado una vaina con una flor marchita en la punta. ¿Quién es esa? -preguntó. Es mi hermana -respondió la flor de guisante. ¡Caramba, así es como será usted más tarde! La mariposa se asustó y siguió volando. La madreselva florida colgaba sobre la valla. Eran muchas señoritas de caras largas y piel amarilla; no le gustó la especie. ¿Qué le gustaba, pues? Pregúntaselo a ella. Pasó la primavera, pasó el verano y vino el otoño, y la mariposa seguía sin decidirse. Las flores llevaban entonces magníficos ropajes; pero, ¿qué se sacaba con eso? Les faltaba el espíritu juvenil, fresco y fragante. El corazón, cuando envejece, quiere aroma, y ésta no se encuentra precisamente en las dalias y las alteas. Por eso la mariposa se dirigió a la menta crespa. Verdad es que no tiene flores, pero en realidad toda ella es una flor, huele de pies a cabeza, hay fragancia en cada una de sus hojas. ¡Me quedaré con ella! Y, finalmente, la solicitó. Pero la menta permanecía tiesa y callada, hasta que, al fin, dijo: - Amigos, bueno, pero nada más. Yo soy vieja, y usted también; podemos perfectamente vivir el uno para el otro, pero casarnos, de ningún modo. No cometamos sandeces a nuestra edad. Y así fue cómo la mariposa se quedó sin mujer. Se había pasado demasiado tiempo buscando, y esto no debe hacerse. Acabó siendo lo que se dice un solterón. Otoño estaba muy avanzado, con lluvias y tiempo turbio. Un viento frío soplaba sobre los viejos sauces, cuyo interior crujía. No daba ya gusto salir de paseo en traje de verano; pronto se le quitaban a uno las ganas. Pero la mariposa no revoloteaba ya por el campo; por casualidad había encontrado un refugio, con estufa encendida. Reinaba allí una temperatura veraniega, y se podía vivir muy bien. «Pero no basta con vivir -decía-. ¡Hacen falta el sol, la libertad y una florecilla!». Y de un vuelo se fue al cristal de la ventana. La vieron, la admiraron y, traspasándola con una aguja, la depositaron en el cajón de las cosas raras. Más no habrían podido hacer por ella. Ahora estoy en un tallo, como una flor -dijo la mariposa aunque, bien mirado, no resulta muy agradable. Viene a ser como el matrimonio, uno está bien asentado. Y con esto se consoló. ¡Pobre consuelo! -observaron las flores de la maceta del cuarto. No hay que fiarse mucho de las flores de tiesto -dijo la mariposa-; alternan demasiado con las personas.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
Iris, la pequeña mariposa
Iris era una mariposa inquieta, muy distinta a las demás. Cuando un pájaro sobrevolaba el jardín de rosas donde ella vivía, todas las demás se escondían entres las espinas de las hermosas flores, acurrucadas y temblorosas. Pero Iris no, ella se asomaba entre los pétalos maravillada por las fuertes alas del pájaro. “Si yo tuviese unas alas tan grandes y fuertes podría salir lejos de este jardín y conocer mundo”, pensó.
Iris, pequeña mariposa,
muy curiosa, es verdad,
Sólo piensa en una cosa,
y es buscar la libertad.
Un día, Iris se despertó más temprano que de costumbre, el Sol aún no había salido pero el cielo estaba cubierto de nubes malvas, rosas y naranjas. El cielo era enorme, infinito no como su jardín, tenía un hermoso prado de hierba fresca y verde, rosales de múltiples colores, un hermoso manzano que la protegía del sol abrasador del verano y las gruesas gotas de la lluvia de otoño, no había nada más y ella quería ver mundo. Suspiró con tristeza.
¡Pobrecita la mariposa!
no te pongas a llorar,
recuerda preciosa,
que éste es tu hogar.
-¿Por qué lloras?- oyó que le preguntaban, Iris se giró ¡casi se cae de su flor del susto!, justo tras de sí, una joven golondrina la estaba observando. -¡No me comas por favor!- balbuceó. La golondrina sonrió y negó con la cabeza. -No te comeré, hace días que te observo desde el manzano y quería saber por qué estás siempre tan triste-. Iris suspiró de nuevo y le contó a la golondrina sus ansias de conocer mundo, de vivir aventuras.
Iris sola y triste estaba,
pero una amiga encontró,
a ella no se semejaba,
eso a Iris no le importó.
La golondrina sintió pena por la pequeña mariposa y le narró todo cuanto sabía del mundo y le describió los lugares que recorría cada vez que tenía que emigrar. Iris la escuchaba con ojos abiertos muy emocionada, entonces, la golondrina le explicó cómo era el mar. La pequeña mariposa notó cómo su corazón se aceleró, por las descripciones de su nueva amiga, el mar debía ser muy hermoso. Esa noche se durmió con una sonrisa y soñó que sobrevolaba aquellos lugares.
Duerme mariposa,
empieza a soñar,
disfruta preciosa,
soñando con el mar.
Todas las noches soñaba con el mar, hasta que un día, cansada de soñar. Decidió ir en su busca, de nada sirvió los consejos de las otras mariposas. Iris lo había decidido, quería viajar. Esperó que apareciesen los primeros rayos de Sol y emprendió su viaje, las rosas de su jardín la despedían mientras la brisa las agitaba, mientras se alejaba de su hogar escuchaba cómo mariposas, flores e insectos la despedían y le daban ánimos.
Vuela vuela mariposa,
Vuela vuela sin cesar,
Vuela vuela primorosa,
Vuela vuela hacia el mar.
Muchos días pasaron desde su marcha, Iris pasó hambre y frío, también se sintió muy sola. Pero las ganas que tenía por conocer el mar le devolvían las fuerzas para continuar. Había empezado una cosa y la tenía que acabar. Voló por praderas, atravesó bosques, se adentró en cuevas… Nunca sintió miedo, cada cosa nueva que veía la emocionaba y le hacía saber que, cada vez estaba más cerca de su destino.
Valiente y decidida,
mariposa peculiar,
siempre convencida,
que hallará su lugar.
Un día, estaba descansando cuando escuchó un suave rumor. Curiosa, se puso en pie y voló hasta la copa de un enorme árbol. Lanzó un grito de exclamación y sorpresa. Frente a ella se encontraba el mar, era más hermoso y majestuoso de lo que podría haber imaginado. Se quedó sentada en la copa del árbol hasta que el sol se puso salpicando el mar con miles de lucecitas centelleantes. Se sintió muy orgullosa de su hazaña, quiso algo y lo logró. Abrió sus pequeñas alas y regresó hacia su jardín.
Iris la mariposa lo logró,
gran hazaña pudo acabar,
su aventura terminó
y feliz, regresa al hogar.
Cuento infantil Escrito por: Sylvia Ellston
martes, 18 de noviembre de 2014
Mariposas en las flores
Vuela, vuela mariposa,
te está invitando la flor,
te ofrece aroma, esplendor
y sus galas más hermosas.
Del jardín las flores bellas
rivalizan en colores,
la exquisitez de las flores,
es algo propio de ellas.
Revoloteas incesante,
de una a otra vas llevando
el polen que está esperando
la otra flor en cada instante.
Colaboras con la vida,
graciosa mariposita,
tan delicada y bonita,
por los niños muy querida.
Linda, sutil, delicada,
con bellas danzas florales,
en flores primaverales,
su polen va fecundando.
En otoño, de estas flores,
rico fruto habrá salido,
tu ya no bailas, te has ido,
pero hiciste tus favores.
Si cumplieran los humanos,
su misión en esta vida,
cada uno la escogida,
tendríamos amor de hermanos.
Mas el egoísmo impera,
olvidamos el amor,
y nuestra exquisita flor,
no florece en primavera.
No vendrán las mariposas,
en primavera no hay flores,
tampoco danzas de amores,
sin amor, mueren las rosas.
Crucita Torre Calvo
lunes, 10 de noviembre de 2014
Mariposa Lita
A la mariposa Lita
volar por aquí,
volar por allá.
Voló tanto tiempo
que se cansó,
le ofrecí mi mano
y se posó.
Le acaricié las alas
y se asustó
me miró enojada
y se escapó.
Autora: Nilda Zamataro
lunes, 3 de noviembre de 2014
Versos a una Mariposa
Vuela vuela mariposa
vuela vuela sin cesar,
quién en una flor se posa
es muy digna de alagar.
De joven pasas a adulta
de adulta, a la vejez;
esto es algo que me asusta
pues, no has tenido niñez.
La flor delicada y bella
te aguarda con ansiedad,
igual que espera una estrella
la luz de la eternidad.
La primavera te ha dado la fuerza
para volar vuela mariposa alto,
vuela vuela sin parar.
No has cumplido aún un día
y ya estas para morir
vive y vuela mariposa
queda poco, por vivir.
Al comprender tu agonía
sufro contigo también,
las flores, sufren conmigo
como María en Belén.
Los campos estarán tristes
cuándo dejes de existir...
Qué dura y triste es la vida
pero, ... que hermoso es vivir.
Vivir pronto es tu deseo
vivir pronto es tu deber
ya que tienes poco tiempo;
vuela pronto, pero bien.
Vuela mariposa vuela
vuela vuela sin parar.
Vuela vuela a toda vela
vuela vuela, sin cesar.
Tus colores se derriten
pierden tus alas poder y tú, ...
cansada resistes;
sabiendo que hay que perder.
Yo seré tu fiel testigo
de tu paso por el mundo
dejando un dolor profundo,
y que comparto contigo.
Mariposa tú que has muerto
ya dejaste de volar,
mientras que, en el universo. ...
has dejado un gran pesar.
Miguel Barrera Durán
domingo, 26 de octubre de 2014
Mariposas de luces y colores
Las mariposas tienden sus alas temblorosas
y en alegría loca de luces y colores,
ebrias de amor expiran en tálamos de flores...
¡Hay vidas que se acaban como esas mariposas!.
lunes, 20 de octubre de 2014
La rosa y la mariposa
Una mañana de abril, una linda mariposa
descubrió una hermosa rosa roja.
La tímida mariposa a la rosa se acercó,
y moviendo sus alas, en voz baja preguntó:
-¿Me dejas probar tu néctar? Tu amiga quiero ser yo.
La rosa complacida sus pétalos más abrió.
La bonita mariposa, agradecida y feliz en la rosa se posó.
Desde aquel día, una bonita amistad floreció.
Pasaban felices los días, compartiendo su aroma
y color, hasta que se iba el sol.
Una mañana en que la mariposa al lugar de la
rosa llegó, su pequeño corazón de dolor se estremeció.
En el suelo, su mejor amiga estaba rota, mustia, sin olor.
¿Qué manos asesinas, de su rosal la arrancó?
Llorando la mariposa sus pétalos acarició.
A la mañana siguiente, alguien en el suelo se encontró
una flor ya marchitada, y a su lado una mariposa, que
por amistad y amor, quedó muerta allí tirada...
al lado de aquella flor.
por Gabiota Romero
sábado, 11 de octubre de 2014
Mariposa divina
Mariposa: qué triste me quedo sin tu luz que mi amor ilumina,
te me vas...te me vas... y no puedo retener tu silueta divina.
jueves, 2 de octubre de 2014
La mariposa
En el jardín de plenilunio lleno
su tríptico de pétalos se posa,
con la fijeza de una mariposa
que congelara en flor su desenfreno.
Tiene en su cáliz de candor un pleno
aire más fino que nevada rosa,
y del perfume, doncellez premiosa,
la suave gala de blancor sereno.
Vuelta de niebla y música su vida
es retazo de luna: ahí fundida
vobró la noche en su primer rocío.
Así quedó la mariposa en vuelo
sobre la media página del cielo,
¡clavada al aire en alfiler de frío!
Lee todo en: La mariposa - Poemas de Lilian Serpas
jueves, 18 de septiembre de 2014
Las mariposas que pinto
Las mariposas que pinto
Unas tienen motas blancas,
otras, rayuelas en negro, …
La mariposa que pinto
revolotea en mi pecho.
La miro, mueve sus alas;
me mira, ríe, y me alegro
cuando se posa gentil
en la flor que llevo dentro.
Como un suspiro de amor
salta del cáliz abierto
y con su gracia divina
le da colores al cielo.
Primavera sin jardines
bajo nubes del encierro,
pero vuelan mariposas
en acuarelas y en versos.
martes, 12 de agosto de 2014
Los significados simbólicos de la mariposa
Alma
Gracia
Crecimiento
Elegancia
Expansión
Ligereza
Abandono
Transición
Expresión
Gracia
Crecimiento
Elegancia
Expansión
Ligereza
Abandono
Transición
Expresión
Celebración
Resurrección
Vulnerabilidad
martes, 8 de julio de 2014
El Símbolo de la Mariposa
Una mariposa es el símbolo perfecto de la
transformación en vida
Una mariposa comienza su crecimiento hacia su bella
transformación y a ese proceso se le conoce como <Metamorphosis> cambio
de...
Una mariposa comienza su vida como <oruga> y pasa a
través de un cambio necesario donde hace un <chrysalis> o un capullo y
después emerge como una hermosa mariposa multicolor.
La mariposa pasa de arrastrarse en la tierra a tocar el azul
celeste del firmamento con una sensación de libertad y ligereza.
Significado psicológico Es la posibilidad del
hombre de "renacer", de trascender sus limitaciones terrenales y
elevarse a la luz mediante su propia transformación psíquica.
Por su capacidad de transformación las mariposas encarna las metamorfosis y las potencialidades del ser.
Por su capacidad de transformación las mariposas encarna las metamorfosis y las potencialidades del ser.
Significado espiritual La mariposa es la energía
del amor y la libertad, siendo capaz de atraer esa compañía que las personas
solas permanentemente buscan.
Tiene la energía necesaria para movilizar los estancamientos
emocionales, generadores de apatías que alejan las energías del amor o la
amistad.
Como una belleza de la naturaleza las mariposas sólo brindan inspiración espiritual una condición asociada estrechamente al amor.
Bienvenido al proceso de la mariposa a fin de volar libre.
viernes, 27 de junio de 2014
Significado Espiritual de la Mariposa
La mariposa esta asociada a los viajes entre los mundos en busca del conocimiento, atravesando fronteras y con las experiencias propias de la inconsciencia que nos enriquecen.
La mariposa es símbolo de los "sidhe" y representa una metamorfosis, una transición metafórica de los espíritus que esperan renacer, morir en el otro mundo para nacer en este en un perpetuo intercambio. A estos espíritus que han de volver a nuestro mundo, se les solía representar como a las hadas montados en mariposas, para recordarnos el simbolismo de este aspecto transformador.
En la antigüedad se creía que la transformación asombrosa de la mariposa era similar al viaje del alma de un cuerpo terrenal a un cuerpo espiritual. Es símbolo de inmortalidad, de renacimiento y resurrección.
En griego su nombre es "psyche" al igual que alma. Se pensaba que la "psyche" salía volando de la boca del que muere como si fuera una mariposa.
miércoles, 18 de junio de 2014
Significado Espiritual de las Mariposas
Las mariposas a lo largo de los tiempos han sido algo más que simplemente un símbolo de cambio y belleza, también han sido consideradas como un ente entre el mundo de los mortales y el mundo sobrenatural.
Una mariposa es un ser que vuela tan ligero y tan libre que difícilmente se nota con facilidad, se dice, también se decía, que los espíritus tomaban forma de mariposas o se apoderaban del cuerpo de una mariposa para volver y ser libres por este mundo, cuidar de quienes amaban y en dados casos se necesite, advertirles sobre acontecimientos futuros.
Las mariposas también son consideradas como seres míticos que juguetones aletean en los bosques y por sobre los lagos anunciando nuevos cambios o simplemente disfrutando de la libertad con la que el viento las hace danzar tan libremente.
Las mariposas han sido símbolo de entes entre vida y muerte, símbolos de cambios y metamorfosis en el sentido de la vida misma, incluso más aún han sido símbolo de belleza e inigualable esplendor.
martes, 10 de junio de 2014
La Psique. La Mariposa. El Alma
La mariposa es el símbolo escogido para representar la Psique.
La Psique es el Alma, el Alma es femenina, es una mariposa delicada, con sus alas desplegadas, revoloteando por la vida.
A veces sus vuelos son muy suaves y agradables, pero otras veces tienen tropiezos y tristezas.
Algunas mariposas han quemado sus alas en el fuego, como le paso a Icaro, el personaje alado de la mitología griega; él quiso volar muy alto y llegar al sol, pero sus alas de cera se derritieron y cayó a tierra con un muy doloroso resultado.
La Psique es frágil y necesita ser tratada con cariño, por eso debemos aprender a cuidarla y escucharla.
jueves, 29 de mayo de 2014
Mariposa
Quisiera hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu cuerpo cálido de cálida palmera
y al fin su vuelo absurdo reposara
--tal como en una roca azul de la pradera--
sobre la linda rosa de tu cara...
Quisiera
hacer un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera
y que cual una mariposa rara
revolara
sobre tu vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara.
Nicolás Guillén
jueves, 22 de mayo de 2014
Quiero volver a ver mariposas
Quiero volver a ver mariposas,
significa mucho.
Más allá de lo concreto,
de que ya no hay mariposas
en el lugar donde vivo
como cuando hubo alguna vez
y lo recuerdo...
y lo recuerdo...
Quiero volver a sentir también mariposas en la panza,
de la emoción, del enamoramiento, de atrevimiento...
Quiero volver a escuchar el aleteo de mariposas,
el olor que ellas buscan, el color que ellas traen...
Quiero volver a ver mariposas, su magia, su ternura,
y quiero mostrar la pasión de aquellos
que hacen posible que subsistan
o que vuelvan a aparecer...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)